La promoción de la accesibilidad es fundamental para la calidad de vida de las personas, tornándose indispensable para el ejercicio de los derechos conferidos a cualquier ciudadano, especialmente a aquellos con alguna discapacidad impeditiva, ya sea de carácter intelectual, físico, emocional, sensorial o comunicacional.
Desde 2006 existe en Portugal una ley que protege el derecho a la accesibilidad para todas esas personas, que implica una serie de normas técnicas para la construcción de espacios públicos, equipamientos colectivos, edificios públicos o habitacionales.
Entre las normas están previstas las adaptaciones para escaleras, rampas, pasarelas, pasillos, puertas de acceso entre otros puntos que hacen total diferencia para quienes tienen movilidad reducida de alguna forma.
Puertas de acceso
¿Imagine que al salir del supermercado con su carrito de compras, se encuentra con una puerta batiente manual cerrada? Incluso con sus condiciones motoras intactas, tendría alguna dificultad para abrir la puerta y pasar con su carrito sin que la puerta se cerrara contra usted.
Ahora póngase en el lugar de una persona en silla de ruedas que se enfrenta a la misma situación. ¿Tendría otra salida que no sea pedir ayuda a alguien?
Este ejercicio de empatía nos ayuda a comprender mejor la urgencia de las adaptaciones en los establecimientos.
La ley prevé que las puertas de entrada/salida de los edificios no tengan menos de 0,87 m de ancho, que debe medirse entre la cara de la hoja de la puerta cuando está abierta y el batiente de la puerta o la guarnición del lado opuesto; si la puerta es abatible o pivotante, debe considerarse la puerta en la posición abierta a 90º.
Para garantizar el acceso de las personas, algunos establecimientos optan por mantener la puerta siempre abierta, lo que puede no ser ventajoso para ambientes con aire acondicionado, por ejemplo, además de no ser lo más seguro.
Por ello, las puertas automáticas se presentan como la solución más eficaz en estas situaciones.
Diversas formas de automatizar
Existen diversas opciones para automatizar las puertas de acceso. El más común es la utilización de sensores de presencia que hacen que la puerta se abra sólo cuando nos aproximamos a ella.
Otros sensores de microondas pueden activar la apertura de la puerta con la aproximación de las manos, evitando el uso de manillas y pomos. Y en soluciones más avanzadas el control de acceso puede hacerse por biometría o por lector facial.
Este tipo de sensores pueden aplicarse tanto a las puertas de correr como en las batientes peatonales.
Además de la accesibilidad
La accesibilidad por sí sola ya justifica la utilización de las puertas automáticas en los establecimientos con acceso al público, pero también, cabe resaltar otros beneficios:
- Diseño: Una plusvalía en arquitectura que da un aspecto moderno, elegante y acogedor
- Salud: Solución higiénica que evita la proliferación de virus y bacterias en las superficies de contacto
- Temperatura: Por mantenerse cerradas la mayor parte del tiempo, minimizan los efectos del frío y el calor
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